Reeleccionismo, ubica a Correa en el espejo del suicidio político
Por Marcelo Larrea
La reelección ha sido condenada por la sociedad a lo largo de la historia de la República del Ecuador. Las dos únicas veces que se propuso en el siglo XIX, los presidentes en funciones que la promovieron para perpetuarse en el poder, fueron derrotados por la indignación social. La “Carta de la Esclavitud” propuesta por Flores para perpetuarse en el poder, fue derrotada por la revolución de marzo de 1845 que abolió la esclavitud, décadas antes de que Abraham Lincoln la promulgara en Estados Unidos.
La gloria de Flores, el haber sido General del Ejército Libertador, que definió la independencia de la corona española, fue sepultada por la indignación generalizada que provocó en todos los sectores sociales su ambición reeleccionista.
La “Carta Negra” propuesta por García Moreno, igualmente para perpetuarse en el poder, impuesta mediante una mayoría legislativa a su servicio que, habilitó incluso una cuestionada victoria electoral, concluyó con su ajusticiamiento. Igualmente, los méritos de la modernización conservadora que emprendió García Moreno, fueron sepultados por la indignación generalizada que provocó en todos los sectores sociales su ambición reeleccionista.
La “Carta Correísta”, propuesta para la perpetuación en el poder del presidente Correa, ignora los antecedentes históricos y el repudio de la sociedad ecuatoriana al reeleccionismo. Su obsesión por reeditar fórmulas de dominación política sepultadas en el siglo XIX, le ubica frente al espejo de un suicidio político. Quién no aprende las lecciones de la historia esta fatalmente condenado a repetirla.